El índice de masa corporal (IMC) es un método utilizado para estimar la cantidad de grasa corporal que tiene una persona, y determinar por tanto si el peso está dentro del rango normal, o, por el contrario, se tiene sobrepeso o delgadez. Para ello, se pone en relación la estatura y el peso actual del individuo. Esta fórmula matemática fue ideada por el estadístico belga Adolphe Quetelet, por lo que también se conoce como índice de Quetelet o Body Mass Index (BMI).

Actualmente, esta fórmula está cayendo en desuso porque se está viendo que el IMC no hace diferencia entre la grasa corporal y la muscular, lo que hace que no sea muy exacto. “Un deportista o un culturista van a tener siempre un sobrepeso si tenemos en cuenta su peso respecto a la altura, pero no tienen los problemas de salud que tiene una persona obesa. Esta última tiene problemas debido a la cantidad de grasa que tienen, no por el peso”, La cantidad de grasa marca mejor nuestro estado de salud.

Es una rama de la antropometría. Consiste en la medición de pliegues cutáneos para saber la composición de grasa del cuerpo.

En definitiva, se usa el plicómetro, que es una especie de "pistola", con las medidas se usan fórmulas, el método Durnin y Womersley que nos da una aproximación localizada nos da una referencia más acertada de lípidos y poder así tomar iniciativas para corregir y mejorar.

Consiste en una serie de mediciones técnicas sistematizadas que expresa, cuantitativamente, las dimensiones del cuerpo humano. Esta técnica tiene una larga tradición de uso en la Educación Física y en las Ciencias Deportivas, y ha encontrado un incremento en su uso en las Ciencias Biomédicas. Es por ello que se ha convertido en una ciencia multidisciplinar e integradora, que tiene aplicación en distintos ámbitos y utilizada por diversos científicos, como anatomistas, físicos, matemáticos, médicos, nutricionistas, biomecánicos, ergonomistas, fisiólogos, pediatras… De esta manera tiene un rol central para resolver problemas o mejorar la salud y el rendimiento deportivo.

Es la energía que requiere una persona para mantener el normal funcionamiento de los distintos sistemas del cuerpo y la constancia de la temperatura corporal en estado de reposo. En un adulto sedentario representa entre el 60 y 75% del gasto energético diario.

Es la relación entre el consumo de energía y la energía necesaria por el organismo. Para que el organismo pueda mantener su equilibrio, la energía consumida debe de ser igual a la utilizada, o sea que las necesidades energéticas diarias han de ser igual al gasto energético total diario.

Es el desarrollo idóneo para una dieta equilibrada, en relación porcentual entre los distintos tipos de nutrientes energéticos, en función a las Kcal totales diarias, avalando de esta manera cualquier dieta a realizar según los parámetros del OMS.

Los valores serán los siguientes:

• Hidratos de carbono: 55-60%
• Proteínas: 12-15%
• Lípidos: 25-30%

(Para deportistas variará la ingesta dependiendo del tipo de deporte que practique, está irá puesta porcentualmente).

Es un formulario que contiene toda la información pertinente para cada paciente. El contenido debe ser relevante para la identificación del perfil fisiológico y sus particularidades que pueden interferir directamente con el funcionamiento metabólico del paciente.

El propósito de este formulario es conocer al paciente a fondo, sin tener que hacer preguntas que ya se le hayan hecho.

La recogida de datos clínicos del paciente debe ser cuidadosa y elaborarse de acuerdo a un protocolo y de la forma más unificada y estandarizada posible con el fin de no olvidar datos que pueden ser de gran interés tanto para valorar al propio paciente como para saber más sobre la patología que estamos tratando.

Como toda historia clínica debe valorar antecedentes personales y familiares que permitan conocer de la manera más precisa el mapa clínico del paciente. En el caso de la obesidad es fundamental hacer hincapié en el cotejo de incompatibilidades que muchas veces la acompañan. Todas las dietas tienen como base un doctorado en nutrición.

La rutina de entrenamiento es una evaluación de tu nivel de actividad física a largo plazo. El nivel de entrenamiento se utiliza para determinar el gasto energético, y también afecta al cálculo de calorías, siempre regulada en base a las actitudes deportivas, metas o progresos de bajadas o subidas de peso etc., esta se realiza totalmente personalizada.

Es una disciplina muy utilizada por la psicología orientada al mundo del deporte. Esta permite diseñar un entrenamiento en función no solo de las condiciones físicas, sino, también, a partir de las condiciones psicológicas del deportista. El profesional encargado de ejecutar el coaching deportivo se encarga de asistir a los atletas para que logren alcanzar sus objetivos y así mejorar su rendimiento a través de un plan de entrenamiento que potencie su rendimiento, tanto a nivel mental como físico.

Practicar deporte, como es sabido, no implica únicamente en realizar ejercicios físicos. El trabajo en equipo, así como la motivación y la estabilidad mental son puntos claves que deben tenerse muy en cuenta a la hora de aspirar a conseguir resultados y a la hora de intentar mejorar. La capacidad física de los deportistas puede verse mermada por una afección psicológica, el estrés en el deporte o la excesiva presión pueden llevar a lesiones, por lo que trabajar el estado psicológico del atleta es crucial.

Ante las exigencias de hoy, para ser entrenador ya no alcanza con conocer tablas de ejercicios y ser un buen preparador físico. La especialización en coaching deportivo es fundamental para asesorar correctamente al deportista en todos los aspectos de su vida, logrando una mejora integral, tanto a nivel físico como emocional.